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El Volkswagen 1303 tiene su origen en una ley americana que finalmente no fue aplicada. Entre otras cosas, requería una distancia mínima entre el parabrisas y la cabeza del conductor que, en el caso del Beetel, solo podía conseguirse cambiando el cristal plano por uno curvo. Al final la ley no fue aplicada, pero Volkswagen construyó el coche y lo introdujo en el mercado americano como el "Super Beetle".
El 1303, en su versión convertible, disfrutó de gran popularidad y estaba disponible en muchos colores, la pintura plateada con el interior en negro fue una de las combinaciones preferidas.